*Este abogado de 34 años de edad, fue asesinado por error durante un operativo de las fuerzas de seguridad en Culiacán, Sinaloa
*Un soldado lo confundió con un narco y le arrojó una granada de fragmentación que le destrozó las piernas, así que murió desangrado en medio de terribles dolores y quemaduras
*Esta tragedia sucedió durante un enfrentamiento entre militares y narcotraficantes ocurrido en un complejo habitacional de Culiacán
PLUMA FUENTE / JUAN BERMÚDEZ
Juan Carlos Sánchez Palacios, abogado de 34 años, fue asesinado en un operativo de las Fuerzas de Seguridad en Culiacán, Sinaloa. Su familia todavía no puede creer lo sucedido hace dos días, cuando murió por error en el fuego cruzado entre el Ejército y civiles armados dentro del edificio de departamentos donde vivía, el complejo Clamont. Sánchez falleció mientras trataba de poner a salvo a su familia.
Según el relato de testigos y vecinos del lugar donde ocurrió esta tragedia, un soldado le aventó a Juan Carlos una granada de fragmentación y le explotó en las piernas, prácticamente se las deshizo, y lo más terrible es que no murió al instante, sino que tuvo una agonía dolorosa y angustiante, porque falleció desangrado y con múltiples quemaduras en el cuerpo.
Su viuda, sus hermanos y sus padres lloran la muerte de este profesor de derecho, muy querido en su comunidad, sin entender todavía lo que pudo pasar para que fuera abatido. “No queremos que se manche el nombre de mi hermano. Era un hombre bueno, un padre de familia de una niña de ocho meses”, dice Rafael Sánchez, hermano de la víctima.
La muerte de Juan Carlos Sánchez se dio a conocer el sábado 21 de septiembre, en torno a las 18.00 horas. El gobernador Rubén Rocha informó de un enfrentamiento entre policías municipales y civiles armados en la zona de Tres Ríos, una colonia residencial llena de restaurantes y comercios.
Desde las 15.00 horas el caos y la violencia reinaron hasta bien entrada la tarde. “Las fuerzas de seguridad lograron evacuar del inmueble donde se refugiaron los agresores a seis adultos y una menor de edad, mientras que redujeron a tres de los civiles agresores y realizaron la detención de otro. Dos elementos del Ejército mexicano resultaron heridos, quienes fueron trasladados a recibir atención médica”, escribió el gobernador en redes sociales. El operativo pretendía detener a Jorge Humberto Figueroa, alias “El 27” o “La Perris”, jefe de seguridad de Los Chapitos.
Juan Carlos Sánchez fue confundido como uno de los colaboradores de “La Perris”. “Era una persona muy conocida por las labores altruistas que desempeñaba, era abogado y maestro de la Universidad Autónoma de Occidente”, dice una amiga suya que prefiere no dar su nombre por seguridad.
Su hermano mayor, de 38 años, le recuerda como un gran compañero de aventuras. “A los dos nos gustaba mucho la música electrónica, hace poco fuimos juntos a la Ciudad de México al festival EDC y a Tomorrowland”, cuenta Rafael Sánchez con la voz quebrada.
Su hermano acaba de cumplir 34 años el pasado 12 de septiembre. Juan Carlos Sánchez acababa de inaugurar un mercado de comida y era el dueño de otros dos restaurantes: Fit House Culiacán y Fat House Culiacán.
“La familia está muy afectada. Apenas hemos podido reconocer su cuerpo. Estamos en shock”, comenta Rafael Sánchez, desde el Servicio Médico Forense de Culiacán, donde llevaron a Juan Carlos. El hermano cuenta que la Comisión de Atención a Víctimas se ha puesto en contacto con ellos para cubrir los gastos funerarios y atender a la familia.
Las primeras imágenes que llegaron tras los enfrentamientos del sábado fueron las de la mujer y la hija de Juan Carlos, que aparecen acompañadas por policías. La familia cuenta que el Ejército utilizó gas lacrimógeno para sacar a la gente de sus casas y que cuando Juan Carlos trató de salir con su familia fue asesinado al ser alcanzado por una granada de fragmentación expansiva.
Horas después de lo sucedido, los amigos y la familia del abogado le rinden homenaje en redes sociales y exigen que las autoridades esclarezcan lo sucedido. “No por ser de Culiacán somos narcotraficantes”, dice el hermano.
Sinaloa lleva sumida 14 días en una guerra de cárteles, en la que ya han sido asesinadas más de 60 personas, según datos oficiales. El enfrentamiento entre los hijos del Chapo Guzmán, Los Chapitos, y la gente de El Mayo Zambada, La Mayiza, se ha recrudecido desde que Zambada acusó a Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, de estar detrás de su captura. Se trata de la mayor fractura dentro del Cártel de Sinaloa en más de una década.
El gobernador Rocha anunció la semana pasada la llegada de 600 refuerzos militares y otros 100 elementos más de las fuerzas especiales que llegarán esta semana. En conferencia de prensa ha asegurado que la situación se encuentra controlada y que la violencia ha disminuido.
Sobre el caso de Juan Carlos Sánchez, Rocha ha asegurado que es “lamentable” que esté muriendo gente durante los enfrentamientos. “En este caso más aun si se presume ya con elementos que es una persona de la sociedad, que fue al parecer un caso de daño colateral”, ha declarado este lunes. El gobernador ha apuntado que será la Fiscalía General del Estado (FGE) la que dé más detalles sobre lo sucedido en el operativo de Tres Ríos.
Mientras tanto, la familia de Juan Carlos Sánchez aún espera en Culiacán a que les entreguen el cuerpo para poder velarlo y enterrarlo. El gobernador Rocha ha insistido en que la población regrese poco a poco a sus actividades: vuelta a clases y al trabajo, sin embargo, el espíritu de la ciudadanía es otro muy diferente.
La gente sigue sumida en el miedo y tiene pánico de quedar atrapada entre las balas del próximo enfrentamiento. “No es normal lo que está pasando en Culiacán, hay balaceras día y noche, la economía se ha desplomado, muchos han perdido sus trabajos y la violencia está fuera de control”, dice la amiga de Juan Carlos Sánchez Palacios. Por lo visto la táctica de “abrazos no balazos” jamás funcionó, pero lo bueno es que su creador, Andrés Manuel López Obrador, al fin se va para beneplácito del pueblo mexicano.