La gobernadora demócrata de Arizona, Katie Hobbs, dijo el lunes que está dispuesta a trabajar con el nuevo gobierno del presidente electo Donald Trump en temas de seguridad fronteriza como detener el tráfico de fentanilo, pero no en áreas que, según dijo, podrían perjudicar a las familias de Arizona, entre ellas la deportación masiva.
Hobbs viajó a la frontera entre Arizona y México el lunes para destacar el trabajo de la Guardia Nacional de su estado en ayudar a combatir el contrabando del mortal opioide sintético hacia Estados Unidos a través de Nogales, Arizona. Más de la mitad de todas las incautaciones de esa droga en la frontera se realizan en Nogales.
“La seguridad fronteriza fue un tema central de la campaña de Trump”, dijo Hobbs a periodistas mientras algunos vehículos se movían detrás de ella. “Espero tener conversaciones con el presidente entrante sobre las necesidades de Arizona, incluida la seguridad fronteriza y el trabajo que hemos hecho aquí para construir estas asociaciones que realmente están produciendo resultados, y cómo podemos continuar con esas asociaciones durante su gobierno”.
Sin embargo, agregó, hay familias en Arizona que “también están preocupadas por las amenazas del gobierno de Trump”.
“No toleraré acciones que dañen a los habitantes de Arizona, que perjudiquen a nuestras comunidades y, francamente, que desvíen recursos de (la labor de) proporcionar una verdadera seguridad en nuestra frontera”, advirtió Hobbs.
Trump ha prometido llevar a cabo la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos, algo que trastornaría la vida de los 11 millones de personas que viven en el país sin autorización, muchas de las cuales tienen familiares que son ciudadanos estadounidenses.
“Me pondré de pie para proteger a los habitantes de Arizona de daños causados por el gobierno federal, por cualquiera”, dijo Hobbs, pero “no voy a comentar sobre cuestiones hipotéticas. No sabemos qué aspecto tendrá un plan de deportación masiva, qué recursos involucrará”.
Hobbs también promocionó la Operación Segura, su iniciativa que despliega la Guardia Nacional para asistir a las fuerzas locales y federales en comunidades fronterizas de Arizona como Nogales. La gobernadora dijo que 170 miembros de la Guardia Nacional de Arizona están asignados a labores antinarcóticos en todo el estado, incluidos 40 en la frontera en Nogales.
La gobernadora visitó la frontera menos de dos semanas después de que los demócratas sufrieran pérdidas aplastantes en las urnas en Arizona, donde Trump derrotó a la vicepresidenta Kamala Harris por un margen de aproximadamente 185.000 votos a nivel estatal y reforzó la mayoría republicana en el Congreso del estado.
Hobbs dijo el lunes que la seguridad fronteriza no es un “problema republicano o demócrata”, y que trabajará con “cualquiera” para mantener segura la frontera.
Troy Miller, jefe interino de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, también habló en la conferencia de prensa y dijo que los miembros de la Guardia Nacional son “un multiplicador de fuerzas crucial” para las operaciones de su agencia en el puerto de Nogales.
“La magnitud de este problema es demasiado grande y lo que está en juego es demasiado elevado para que hagamos este trabajo solos”, declaró Miller. “Por eso estoy tan orgulloso de las asociaciones que hemos construido, especialmente las que tenemos aquí en Arizona”.