«INVISIBLES», GUARDIAS DE SEGURIDAD EN SONORA

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Ciudad de México (IN).- Una triste Navidad y un incierto Año Nuevo como ya es costumbre, pasarán los guardias de seguridad privada en Sonora.

 

Para más de 28 mil hombres y mujeres sonorenses y sus familias, viene la incertidumbre de empleo el 2024 pues es tiempo de fin de contratos y licitaciones.

Hoy trabajan sin aguinaldo, a lo sumo 15 días de sueldo, si bien les va.  Ni qué decir de la falta de IMSS, Infonavit, Afores del que muy pocos gozan.  Menos hablar de las criminales, ilegales e inhumanas jornadas de 12 y hasta 36 horas de trabajo, sin el pago de tiempo extra y salario real. Sin sanitarios, agua, sillas, sombra, tiempo para alimentos, expuestos a las inclemencias del tiempo.

 

Expuestos a la delincuencia y violencia criminal.

 

Una plena esclavitud moderna.

 

El 24, 25, 31 de diciembre y primero de enero, los guardias ahí estarán estoicos, firmes en su trabajo, cuidando de tu vida y tus bienes.

Protegiendo a clientes, usuarios y a la sociedad en general, dando una seguridad que ellos carecen en sus derechos laborales y humanos.

Pese a la muy añeja y larguísima lucha por reivindicar sus derechos a través de emplazamientos, paros, mítines, plantones, toma de instalaciones, marchas, embargos y decenas de huelgas, impera la anarquía en la Seguridad Privada en Sonora.

Han sido perseguidos, despedidos, requeridos, «levantados» por autoridades policiacas municipales, estatales y federales en su justa lucha.

A pesar de los miles de demandas y denuncias ante la opinión pública, la esclavitud moderna continúa.

Han señalado a las autoridades la solución de fondo a su problemática, todo pasa, nada queda.

Fueron los creadores e impulsores dé la Ley 196 de Seguridad Privada del Estado de Sonora, la llamada «Ley Huidobro», instrumento para la rectoría del Estado que duerme «el sueño de los justos».

 

Otra «Letra Muerta» más en Sonora.

 

Desde Beltrones hasta el actual gobernador Alfonso Durazo Montaño, varías legislaturas, con los actuales diputados como Ernestina Castro, Natalia Rivera, Paloma Terán y Sebastián Orduño, quienes han conocido de las penurias de los guardias.

 

Algunos guardias laboran en el mismísimo Congreso del Estado en estás infames condiciones inhumanas, ilegales y de injusticia laboral en el «Sonora de oportunidades».

 

El Gobierno en sus tres niveles y órdenes, contratan a empresas «golondrinas» y a unas más que no brindan prestaciones de ley a las y los guardias.

 

María Dolores del Río como sus antecesores secretarios de Seguridad Pública, sigue sin aplicar la ley, sin clausurar las empresas sin permiso para operar y sin exigir la capacitación y certificación en estándares de competencias del programa Conocer y Simapro.

 

Adolfo Salazar y su homóloga secretaría del Gobierno federal, Luisa María Alcalde, tienen amplio conocimiento de estás violación a la Ley Federal del Trabajo, la Ley de Seguridad Privada y a los derechos laborales y humanos de los guardias de seguridad privada.

 

¿Es tan difícil exigir la jornada de 8 horas, pago de tiempo extra, festivos, IMSS, Infonavit, Afores, aguinaldo, vacaciones, utilidades, salario real, condiciones dignas de trabajo, capacitación y certificación en estándares de competencias del programa Conocer y Simapro para mejorar la calidad en la prestación de los servicios y mejorar con ello, la calidad de vida de los guardias de seguridad?

 

Se podría empezar por respetar las leyes, mediante las licitaciones de obra pública de seguridad privada que contratan el gobierno municipal, estatal y federal.

 

El buen juez por su casa empieza, adjudicando dichas contrataciones a empresas locales para fortalecer el mercado interno y clausurar las empresas sin permiso para operar en el estado de Sonora.

 

¿Será necesaria una carta a Santa o no habrá más remedio que destapar la «¿Caja de Pandora”, reclamando los más de 100 mil pesos que se le adeudan a cada guardia en activo en Sonora?

 

Lo anterior, sólo por concepto de tiempo extra y el pagó de falta de prestaciones sociales, denunciando a quienes los explotan junto a las autoridades que, por acción u omisión, permiten la violación de derechos laborales y humanos de los guardias que viven el infierno en el que están.

 

Ellos, en las autoridades aún confían.

«Primero los pobres», primero los que nunca han tocado el prometido «Sonora de oportunidades». Parafraseando al líder de los guardias de seguridad en el estado, Claudio Huidobro Cárdenas «para que el guardia brinde seguridad, primero que el guardia esté seguro».

Este es un deseo sincero de quienes admiramos, valoramos y respetamos la valiosa labor de las y los guardias de seguridad privada en Sonora.